Oro a Dios día y noche para que nunca me separe de ti.
La vida o el destino no ha sido fácil, nuestras vidas han sido iguales, hemos sufrido mucho y dios nos ha unido para que seamos felices; tú para mí, yo para ti.
Te amaré hasta más allá de la muerte, siempre seré tu mujer, esa mujer que soñaste toda tu vida, eres mi todo, yo te veo en todos lados, en mi vida estás tú, este sentimiento se ha convertido en amor, en un amor puro como el aire que respiramos, eres mi aliento de vida.
Eres todo lo bueno que soñé para ser feliz y no quiero perderte nunca, nunca, sólo tú eres mi felicidad eterna, tú vives en mi corazón.
Nunca creí que este amor llegara tan profundo, porque tu amor me llegó al corazón, a lo más profundo de mi corazón,
Te amo. Contigo se me mueve el mundo, cierro los ojos y te veo a ti, a ti en todos lados, en cada cosa que hago estás tú.
Nunca olvides nada de lo que te digo, porque es la verdad, es verdad que te amo y que tú vives dentro de mi pecho, en mi alma estás tú, en cada soplo de vida que dios me da estás tú alma mía.
Tú eres mi felicidad desde que llegaste a mi vida, eres la luz que alumbra mis días.
Tú llegaste a mí para quedarte a mi lado, somos almas gemelas que viven para amarse aunque nos separe un océano, pero nos une la fe en el dios del amor, de nuestro amor.
Vamos orando, soñando, viviendo en un mundo de amor guiado por dios.
Dios te acercó a mí y fue lo mejor que me ha dado, tu amor es ese amor sagrado que solo tú puedes darme, ese amor que soñé toda mi vida.
Quiero ser libre como el aire que respiro para respirar tu mismo aire.
Libre como la luna que alumbra nuestras noches en tiempo de tristeza.
Quiero esa libertad que dios nos da para elegir nuestro destino en su nombre, para orar y alabar su gloria.
Quiero ser libre como las aves para poder volar a tu nido, nido lleno de amor, como las plantas que crecen libres esperando la lluvia que cae del cielo y sacia su sed.
Libre para vivir en tu mundo, ese mundo que soñé toda mi vida, para viajar en el tren del amor y vivir en la libertad de dios, para mirar tus ojos bellos que expresan la libertad de un mundo de luz.
Quiero esa libertad que siento cada vez que te veo, es como si viajara a tu mundo a través de esta distancia que me une a ti cuando veo tus ojos, llenando mi alma de la bondad de tu amor.
Esa libertad que solo tú puedes darme, es como salir y mirar al cielo cada noche y mirar cómo brillan las estrellas.
La libertad es vivir para amarte a cada instante. Cada día que pasa está lleno de nuestra fe orando al dios del amor.
Porque podemos ser libres y volar en la distancia que nos une cada día y cada noche susurrando nuestro amor.
Amor, nunca olvides que la luz que alumbra mi vida es tu amor, ese amor sagrado que fluye como un manantial limpio y puro desde el fondo de nuestros corazones, que vibran de amor.
Nuestro amor es ese amor que soñamos siempre.
Dios nos bendice cada día con un soplo más de vida para que nuestro amor se convierta en realidad, mirándonos a los ojos y sintiendo lo fuerte que es este amor que llevamos en el pecho.
Mi alma sin ti no vive con alegría, esa que vive en mi corazón desde que llegaste tú. Tú con tu amor, con una ternura infinita, llenaste mi vida de fe. Mi alma te extraña cada día, cada noche. Echo de menos tu voz dulce que penetra en mi corazón. Llegaste a mí desde la distancia, esa que cada día une nuestros corazones con cada sonrisa tuya llena de amor, de ese amor que soñé para mí. Cuando tú no estás siento un vacío en mi corazón. Y regreso, y no estás ahí, pero sí estás en mi corazón día y noche, alma con alma, amor con amor, vibrando, soñando, viajando en nuestro mundo de fe y esperanza guiado por el dios del amor, de nuestro amor. Mi alma, miro al cielo, ese cielo que veremos juntos los dos, lleno de la luz de la luna y las estrellas que alumbran nuestras vidas cada noche cuando oramos al dios del amor. Cada vez que decimos "gracias, te amo", vamos orando, vamos recorriendo el sendero de la bondad de dios que une a dos seres de luz y amor. RAQUEL JIMÉNEZ NÚÑEZ