CADA DÍA
Son las 3:8 de la madrugada
y me despierto al oír
tu llamada, esa llamada
que despierta mi sueño
al sentir tu respiración.
Es la hora del amor.
Cada vez que me llamas
me elevas al cielo,
al país del amor,
somos elegidos
por el dios de la fe
para vivir soñando,
suspirando, sintiendo
cómo dos corazones
van viajando
hasta encontrarse.
Cada vez
que oigo tu voz
siento cómo dos corazones
van uniéndose en la distancia.
Y mi mundo es feliz.
Somos dos almas unidas
que siempre sintieron
la bondad de dios al orar,
todo lo soñado con amor.
Vivimos en un mundo divino
con todo lo que dios nos da,
ese aire que sentimos,
la lluvia que nos da la vida,
la luz del día
que nos alumbra el camino,
la luz de la luna
que entra por mi ventana,
la luz que nos guía
en la noche de amor.
Y está llena mi vida
con la ilusión por verte llegar
al país de los dos
vibrando de amor.
Cada noche
despierto buscando
tu respiración,
te busco en la distancia.
Cada noche
voy contemplando
tu amor divino,
amando tu corazón.
RAQUEL JIMÉNEZ NÚÑEZ